martes, 15 de septiembre de 2009

HISTORIA DE SAN JUAN DE DIOS


San Juan de Dios es el patrón de la enfermería española. Su verdadero nombre, João Cidade o Juan Ciudad. Nació en 1495 en Montemor-o-Novo, localidad del Alentejo (Portugal) y falleció en Granada en 1550.
En 1503, se marchó a Oropesa, desempeñó diversos oficios (soldado en los tercios del rey de España Carlos I, pastor, peón, vendedor ambulante). Con el paso del tiempo fijó su residencia en Granada, donde estableció un pequeño comercio en el que vendía estampas y libros religiosos. Fue en ésta ciudad andaluza, cuando tenía unos 40 años de edad, donde se produjo el hecho más trascendente de su vida, tras escuchar las predicaciones y sermones de san Juan de Ávila. Conmovido por aquellas palabras, comenzó a realizar penitencias públicas. Considerado por las autoridades públicas de aquella época que había perdido sus facultades mentales, fue ingresado en un hospital para enfermos psíquicos y conoció el nefasto trato que éstos sufrían en ese tipo de instituciones. Decidió entonces consagrar su vida al cuidado de los enfermos y a la mejora de los establecimientos que les acogían.
En 1539 empezó a utilizar las casas de sus bienhechores para acoger a numerosos pobres y enfermos que se acercan a su amparo. El espacio estrecho y la situación con sus benefactores se hace insostenible, lo cual le obliga a alquilar una casa en la calle de Lucena. Su actividad es continua, dinámica, inexplicable al entender humano; pide limosna, limpia y ordena su hospital y a sus enfermos; visita y socorre a otros pobres, enfermos y vergonzantes de Granada; cocina siempre frugal refacción; escucha las dolorosas confidencias; estimula a los desalentados y, sobre todo, ora insistente y tiernamente, hallando en el encuentro con Cristo en la oración y en los sacramentos, la fuerza y el ánimo para seguir encontrándolo en el dolor y en el sufrimiento de los hombres, sus hermanos. No hay necesidad a la que no llegue su brazo y su corazón: nobles, mendigos vergonzantes, prostitutas, enfermos de toda clase y condición, peregrinos, niños y ancianos...
Construyó un Hospital en Granada, en la Cuesta de los Gomeles, al que se trasladado por la insuficiencia de espacio en la casa de la calle de Lucena, su intuición, su amor y su inteligencia, en admirable conjunción, promueven mejoras e iniciativas que lo hacen el gran innovador y creador de la ciencia asistencial y hospitalaria de su tiempo.
Su fama se extiende y crece y el Obispo de Granada llama a Juan Ciudad para hacer público reconocimiento de su caritativa misión y ordenando que desde ese momento se llame Juan de Dios, puesto que de Dios son las obras que realiza. Fundó la Orden de los Hermanos Hospitalarios o de la Caridad.
Pero su recio temple se deterioró, consumido por los ayunos, el trabajo y el fuego de su espíritu. Y aunque se resiste a ello, es obligado a abandonar su hospital y a sus enfermos para ser asistido en casa ajena y morir, de rodillas, alta la frente y con un crucifijo entre sus manos, el día 8 de marzo de 1550.
Fue beatificado por el papa Urbano VIII en 1630 y canonizado por Alejandro VIII en 1690. Su festividad se conmemora el 8 de marzo.