La ingesta
moderado de alcohol reduce el riesgo en ancianos.
Expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad de
Harvard (Estados Unidos) han comprobado, utilizando técnicas de resonancia
magnética, que un consumo moderado de alcohol puede resultar beneficioso para
prevenir la aparición de ictus entre las personas mayores, así como para evitar
lesiones en la sustancia gris cerebral.
Tras analizar a más de 3.000 personas, se ha verificado
que una ingesta semanal de entre una y seis bebidas de alcohol combate las
patologías cerebrales relacionadas con el envejecimiento como el ictus silente
o la enfermedad de la sustancia gris. Al contrario,, un consumo excesivo puede
disminuir esta sustancia cerebral.